Situado en un sector expuesto a fuerte vientos, el proyecto busca emplazarse perpendicular al sur para generar un exterior protegido hacia el frente. Adosado a la vivienda se incorpora un gran parrón y un invernadero el cual regula la temperatura interior y conecta a los habitantes al ritual de cultivar sus propios alimentos. La casa se diseña con una grilla regular para optimizar la construcción la cual solo se rompe con un muro curvo que acompaña la circulación principal que conecta habitaciones, acceso y áreas comunes.