El encargo consistió en una vivienda frente al mar, destinada para arriendo, la cual debía ser construida en su totalidad con material de demolición que el mandante había acumulado durante años.
En cuanto a su distribución se propone una “circulación abierta”, la cual en el ejercicio de tomar un círculo, cortarlo a la mitad y desplazar lateralmente una de sus partes, se generan dos aperturas al exterior; quedando una como puerta de acceso y la segunda como salida a la terraza. La conexión vertical con el segundo piso se logra con una escala ubicada en el centro del círculo, que aparece como elemento escultórico, sirve como mobiliario y articula los diferentes recintos de cada planta; acceso-estar-comedor-cocina, en el primer piso y pieza-baño, en el segundo.
La escala está contenida por cuatro pilares en torno a la escala los cuales constituyen el núcleo estructural de la vivienda y permiten abrir vanos libremente para acoger la iluminación natural, abrir vistas y permitir ventilación cruzada en ambas plantas.